sábado, 31 de agosto de 2013

el asado y el quincho

Vegetarianos abstenerse de leer esta entrada.
Uno de los elementos que caracteriza a los países del Cono Sur es, obviamente, la carne. Acá en Chile se consume buena carne, de procedencia generalmente nacional, argentina, brasileña y uruguaya.

Cuando uno va al súper se da cuenta de hasta qué punto es importante por su protagonismo en los expositores. Lo que más llama la atención es el tipo de corte que hacen aquí, nada que ver ni en las formas ni en las denominaciones a los de allá, lo cual hace que comprar carne se convierta en un auténtico quebradero de cabeza si no tienes a alguien que te asesore. Es más, la carne la compras en piezas enteras con sus distintas denominaciones si es para parrilla, olla, horno, etc... Resulta curioso contemplar los tarugos de carne de varios kilos de peso envasados en los expositores listos para echar al carro de la compra.

Pero no se puede hablar de carne en Chile sin hacer mención del quincho. El quincho es una construcción de al menos igual calidad a la de la propia vivienda, que alberga la parrilla o barbacoa en la que se realizan los asados. Muchas veces también disponen de un horno.

Los asados consisten en cocinar en la parrilla o en el horno el trozaco de carne que echaste en el carro de la compra, pero generalmente van más allá y se convierten en una ocasión para reunir a amigos, familia, compañeros y allegados en torno al fuego y una carne de primera.

Nuestra casa, como no podía ser de otra manera, tiene quincho, y hoy precisamente nos ha tocado estrenarlo, y es que cuando vives acá es inevitable. Tarde o temprano te tocará organizar un asado en tu casa. Gracias a nuestros amigos chilenos Juanjo y Panchi hemos sido instruidos en el proceso de realización del asado y hemos disfrutado de una jornada entrañable en su compañía deleitándonos con un exquisito lomo veteado de casi 3 quilos de peso a la parrilla.

La verdad es que la carne estaba espectacular y seguro que a partir de ahora sabremos encontrar cualquier excusa para organizar un asado.


El quincho, con su parrilla y su horno.


La sección de carnes del supermercado.


El lomo veteado y unos chorizos para acompañar.


El lomo hecho medallones para el punto final.


Juanjo en plena faena.



Se me saltan las lágrimas.


Una jornada entrañable.








viernes, 30 de agosto de 2013

curiosidades astronómicas

Lo que más choca cuando cambias de hemisferio es el cambio de estación. Unas pocas horas antes de subir al avión estábamos bañándonos en la piscina del piso de mis padres, y cuando aterrizamos en Santiago a las 7 de la mañana hora local me dí cuenta de que algo pasaba al mirar por la ventanilla y ver a los operarios del aeropuerto abrigados hasta las orejas y echando vaho por la boca. Cuando salimos del avión se confirmaron mis temores, era invierno.

De todos es sabido que el sol se mueve en una banda unos cuantos grados arriba y abajo del ecuador, concretamente 23º 27' delimitando lo que conocemos como trópicos. Pues bien, cuando estás por debajo del trópico de Capricornio lo que más choca es el recorrido que hace el sol por el cielo. Uno está acostumbrado a que cuando miras al norte, el sol pasa por tu espalda y tu sombra a mediodía señala hacia el norte. Pues bien, aquí ocurre al contrario. Si miras hacia el lejano norte, el sol a mediodía te churrusca la cara y tu sombra apunta directamente hacia el sur. Esto que parece una nimiedad tiene su importancia a la hora por ejemplo de buscar casa. Acá las casas soleadas son las que están orientadas hacia el norte, mientras que una casa orientada al sur está expuesta al frío y la humedad. Suerte que nos dimos cuenta de este detalle antes de elegir la nuestra.

Esto también se aplica a las laderas de las montañas. Las laderas norte son más soleadas y tienen una vegetación más xerófila, mientras que las laderas sur son más húmedas y en ellas encontramos vegetación más higrófila.

Otro de los aspectos sorprendentes, si no el que más, del cambio de hemisferio son las constelaciones nocturnas. Hasta hace cuatro días, el tiempo no me permitió contemplar el cielo nocturno, así que la primera noche en que el cielo se despejó por fin, salí emocionado con el Sky Map cargado en la tablet, ansioso por contemplar las constelaciones australes. La primera impresión es de asombro, la típica cuando contemplas un cielo estrellado, pero rápidamente te llega una sensación de desconcierto cuando no eres capaz de reconocer nada de lo que estás viendo y resulta imposible hilvanar las estrellas con los habituales trazos de las constelaciones. Al cabo de un rato te das cuenta de que sí reconoces algunas, pero están en una posición del cielo completamente diferente a la que tenían la última vez que las viste antes de subir al avión. Toda la bóveda celeste se ha corrido hacia el norte y las constelaciones que antes veías cómodamente cerca del horizonte sur, como Escorpio, ahora están sobre tu cabeza, y de ahí para abajo todas son nuevas. Rápidamente empiezo a escudriñar esta nueva parcela del cielo y empiezo a descubrir toda una fauna exótica: Lupus, Tucán, Grulla, Phoenix, Pez austral, Centaurus, y cómo no, la famosa Cruz del Sur, con ayuda de la cual puedo localizar el Polo Sur... ¡Por fin puedo ubicarme y saber exactamente hacia dónde está el Sur!



Saliendo del aeropuerto. Nótese la indumentaria.


...temblores en Chile

Cuando vienes a Chile a pasar una temporada más o menos larga, has de saber que tarde o temprano experimentarás lo que se siente cuando la Tierra tiembla, y es que los terremotos en Chile no son cosa de broma.

A la semana de estar aquí ya hemos disfrutado de nuestro primer temblor de grado 5, que no es poco. Nos ha tocado de madrugada, durmiendo en la cama, para que pudiéramos sentirlo en toda su intensidad, especialmente ahora que dormimos con los colchones en el suelo mientras no llegue el contenedor de la mudanza.

Al principio fue como una vibración suave que rápidamente creció en intensidad haciendo vibrar cristales, puertas y ventanas, manteniéndose constante hasta que llegó una sacudida que zarandeó la casa, como si te dieran un meneo, que provocó un chasquido en las vigas de madera del techo. Luego poco a poco fue desapareciendo la vibración hasta que todo volvió a la normalidad.

Afortunadamente en Chile se toman muy en serio esto de los temblores y construyen a conciencia, lo cual te da una cierta tranquilidad, hasta el punto que un temblor como el de hoy no deja de ser algo anecdótico, Y si conservas la calma incluso te puedes permitir el lujo de disfrutarlos, a punto claro está por si sube mucho y tienes que agarrar a los niños y salir con ellos al jardín.

De hecho, ni Natalia ni los niños se han despertado, así que una vez acabado el episodio he podido continuar durmiendo tranquilamente después de haber podido experimentar el espectáculo de las fuerzas telúricas agitando las entrañas de la Tierra.


Hormigón armado y bien armado. Temblores a mí.

Bueno, después de la insistencia de algunos, finalmente me he decidido a crear un blog para lo de Chile. Como ya llevo acá unos días, me saltaré algunas cosas que a lo mejor las explicaré más adelante. Hoy empezaré hablando del evento del día...