viernes, 30 de agosto de 2013

...temblores en Chile

Cuando vienes a Chile a pasar una temporada más o menos larga, has de saber que tarde o temprano experimentarás lo que se siente cuando la Tierra tiembla, y es que los terremotos en Chile no son cosa de broma.

A la semana de estar aquí ya hemos disfrutado de nuestro primer temblor de grado 5, que no es poco. Nos ha tocado de madrugada, durmiendo en la cama, para que pudiéramos sentirlo en toda su intensidad, especialmente ahora que dormimos con los colchones en el suelo mientras no llegue el contenedor de la mudanza.

Al principio fue como una vibración suave que rápidamente creció en intensidad haciendo vibrar cristales, puertas y ventanas, manteniéndose constante hasta que llegó una sacudida que zarandeó la casa, como si te dieran un meneo, que provocó un chasquido en las vigas de madera del techo. Luego poco a poco fue desapareciendo la vibración hasta que todo volvió a la normalidad.

Afortunadamente en Chile se toman muy en serio esto de los temblores y construyen a conciencia, lo cual te da una cierta tranquilidad, hasta el punto que un temblor como el de hoy no deja de ser algo anecdótico, Y si conservas la calma incluso te puedes permitir el lujo de disfrutarlos, a punto claro está por si sube mucho y tienes que agarrar a los niños y salir con ellos al jardín.

De hecho, ni Natalia ni los niños se han despertado, así que una vez acabado el episodio he podido continuar durmiendo tranquilamente después de haber podido experimentar el espectáculo de las fuerzas telúricas agitando las entrañas de la Tierra.


Hormigón armado y bien armado. Temblores a mí.

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