martes, 24 de septiembre de 2013

Río Clarillo y Santiago

Para dar por concluido el tema de las fiestas patrias, queda por explicar el resto del puente de cinco días que tuvimos. El núcleo duro fue el miércoles y jueves, pero aún hubo ocasión de hacer más cosas el resto de días. El jueves se organizó otro asado en la hípica de Sara, al cual nos apuntamos. Nuevamente más carne acompañada con guarniciones que trajimos cada uno de casa. Tras ver cómo se disparaban nuestros niveles de colesterol, intentamos limpiar nuestras consciencias con algunos juegos tradicionales. Y sin hacer estiramientos ni nada nos pusimos a hacer carreras de sacos, a caballito, a la carretilla, a tres pies, tirasoga, para acabar, cómo no, bailando cueca (los que sabían).

El viernes decidimos continuar depurando nuestros cuerpos y espíritus, así que dedicamos la jornada a visitar la Reserva Nacional del Río Clarillo. Un valle protegido en la parte baja de la Cordillera. Un sitio muy bonito que trata de preservar las especies vegetales de este tramo central en el que nos hallamos. Hicimos una bonita excursión, sencilla, al nivel de los niños, que aguantaron muy bien y disfrutamos todos de un hermoso día en la montaña. La escalada al Aconcagua la dejaremos para más adelante.

Y el sábado, aprovechando que era puente y que todo el mundo estaría fuera, nos atrevimos con el gran Santiago. Santiago es una ciudad enorme, imposible en días hábiles, conocida por sus atascos y su smog, pero bonita para visitar en días tranquilos. Y este fue muy tranquilo. Conseguimos llegar en coche hasta el centro sin sufrir una taquicardia y pudimos aparcar sin problemas junto a la Plaza de Armas. Visitamos la parte más céntrica de Santiago, la Plaza de Armas y la catedral, el Cerro de Santa Lucía, el parque forestal junto al museo de Bellas Artes, y los alrededores del Palacio de la Moneda.

Y el domingo por fin, día para reponerse de tanto asado y evento disfrutando de la paz del hogar.

Y aquí se acaba la crónica de las Fiestas Patrias. ¿Seguro? Bueno, el fin de semana del 4 de octubre aún queda lo que llaman el 18 chico, una especie de reverberación y desquite de las fiestas del 18 para el que se quedó con ganas o no pudo acabar de disfrutarlas a su gusto.

Jornada festiva en la hípica:











Reserva Nacional del Río Clarillo:









Justo aquí se le cayó a Sara un diente.





Santiago:

La Cámara de Diputados

Efecto de los terremotos. Prácticamente todo lo que se tenía que caer ya se cayó y lo que queda es a prueba de bombas.


La catedral.



La Plaza de Armas.

Algunas fotos del metro, casi lo que más emocionó a Sara y a Bruno.





En el Cerro de Santa Lucía:

















La ciudad se extiende hasta los pies de la Cordillera. Lástima que estaba nublado y no se veían los picos nevados. En días limpios es espectacular.



Al fundador de la ciudad, don Pedro Valdivia, extremeño, cómo no. En 1540 ya habían llegado hasta aquí.

El museo de Bellas Artes.





Por los alrededores del Palacio de la Moneda:


No había ni un alma.







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